segunda-feira, 22 de setembro de 2008

Mourinho - Porque tantas vitórias? (Parte II)


UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA

2 - DESMONTAR EL MITO DEL ENTRENAMIENTO DE LAS CAPACIDADES CONDICIONALES

Tanto en dicho período preparatorio como durante el cuadro competitivo, la norma de entrenar dedica buena parte de sus preocupaciones a desenvolver supuestas capacidades tenidas como fundamentales y, por eso, merecedoras de particular atención. Fuerza rápida, fuerza resistencia, fuerza explosiva, velocidad de reacción, velocidad de desplazamiento, velocidad resistencia, resistencia aeróbica y anaeróbica, etc., son todos “factores entrenables”.
Sin balón, o en los dichos juegos reducidos, la lógica procesual tradicional del entrenar se subordina a este conjunto de preocupaciones. Por eso se hacen sesiones de entrenamiento en parques o en bosques, se hacen sesiones dobles, entrenamientos con intervalos, fartlecks, entrenamientos en circuito o por estaciones, ejercicios continuados extensivos, continuados intensivos, etc.
Mourinho, como hemos visto, en ningún momento pierde de vista la idea del todo -de su jugar-. No lo concibe partido en distintos factores y, por ello, resistencia aeróbica, fuerza resistencia, etc., no son factores que le merezcan atención. Sabe que algo parecido a eso existe en su jugar, pero como consecuencia del acontecer del mismo. Y sabe también que sólo el subordinar de todo el proceso de entrenamiento a la supradimensión táctica, esto es, a la vivenciación/adquisición jerarquizada de sus principios de juego, le permite movilizar la subdimensión física en la
singularidad que su jugar requiere.
Con todo, y en una aparente paradoja, Mourinho se sirve de la subdimensión física como criterio para calibrar la relación desempeño-recuperación en el patrón semanal de entrenamiento:
Mis preocupaciones diarias se dirigen a la operacionalización de nuestro modelo de juego. No en tanto, la estructuración de la sesión de entrenamiento y de lo qué hacer cada día no está sólo relacionada con los objetivos tácticos, sino también con el “régimen físico” a privilegiar, en la medida en que debo tener en cuenta, por ejemplo, los aspectos de la recuperación, particularmente respecto a la proximidad o no del partido anterior y del próximo. Por tanto, un día el trabajo táctico-técnico incide más sobre la recuperación del último partido, otro día sobre lo que yo llamo para simplificar “fuerza técnica” y así sucesivamente.
Con efecto, concomitante a la adquisición jerarquizada de su jugar, Mourinho se preocupa por mantener una regularidad semanal en cuanto a la alternancia de los diferentes patrones de desempeño-recuperación. ¿Por qué? Porque no es posible biológicamente mantener ininterrumpidamente el organismo a esforzarse en el mismo registro, solicitando todos los días las mismas cosas del jugar. Es de sentido común que el organismo, para que esté despierto, necesite también dormir.
Para esforzarse, necesita descansar y recuperar.
En esta línea de pensamiento de Mourinho, la recuperación, en cuanto imperativo metodológico, sucede/se procesa también en el plano más “físico” alternando el patrón de contracción muscular dominante y, consecuentemente, alternando entre entrenamientos más discontinuos y entrenamiento menos discontinuos, pero siempre en específidadmás o menos compleja. Es decir, toda esta lógica procesual tiene que estar siempre subordinada al supraprincipio de la especificidad. Si es importante alternar las densidades significativas de los distintos patrones de contracción muscular, es importantísimo no perder nunca la articulación de sentido con el modelo de juego. Nunca podemos olvidar que, hablando de la metodología de Mourinho, hablamos de un proceso de entrenamiento todo él condicionado a la adquisición de una forma de jugar específica. Este principio metodológico fundamental en la concretización dinámica de la metodología de Mourinho puede ser designado como principio de la alternancia horizontal en especificidad. Hay una preocupación que nunca cambia -la operacionalización del modelo de juego -, pero la escala a la que eso sucede se va haciendo diversa. Es eso que permite a los jugadores llegar frescos al día del partido, porque no se están masacrando siempre las mismas cosas del jugar. Yes una alternancia horizontal porque es cumplida no a lo largo del día -unidad de entrenamiento-, sino a lo largo de la semana.
Esta brújula procesual es absolutamente indispensable. En el entrenamiento, el dosificar es garantía para poder progresar.
Para que se perciba la lógica estructural del patrón semanal en su totalidad, es necesario, aún, asociar el principio de la alternancia horizontal en especificidad al principio de la progresión compleja. Hay que tener la noción de que, para que se pueda progresar, es también preciso ordenar, jerarquizar. ¡Esto es lo que lleva al operacionalizar! Pero atención, no es la convencional progresión de lo general hacia lo específico, del volumen hacia la intensidad, de lo aerobio para lo anaerobio. Es una progresión que habla respecto a la jerarquización de los principios de juego de Mourinho, por un lado, y a lo que sucede con la diferenciación del esforzar a lo largo de la semana, por otro.
Estamos, por tanto, hablando de una progresión como base de fondo de la adquisición de jugar y ésta acontece, por lo menos a tres niveles: a lo largo de la temporada, a lo largo de la semana -en función de lo que fué el partido anterior y de lo que será el siguiente- y a lo largo de cada unidad de entrenamiento. Es, pues, una progresión compleja, donde cada uno de los niveles se relaciona con los otros.

Mourinho desintegra, esto es, rompe en pedazos el complejo de principios, subprincipios, subprincipios de los subprincipios que van dando cuerpo y alma a su modelo de juego para, como consecuencia de eso, (re)integrarlos. La integración es el resultado de la dinámica del proceso,de la vivenciación jerarquizada de sus principios de juego.
La lógica de distribución por las distintas unidades de entrenamiento se garantiza por el principio de la progresión compleja y por el principio de la alternancia horizontal en especificidad, teniendo en cuenta el manoseo conveniente del desgaste global -“mental-emocional” y “físico” implicados en el solicitar diverso de la triada relacional de las dichas estructuras locomotora, orgánica y perceptivocinética- y de la recuperación. Reténgase que en ningún momento Mourinho desvía su atención del desgaste “mental-emocional” resultante del grado de complejidad de los desempeños.
Nos ayudamos de las estructuras locomotora, orgánica y perceptivo-cinética de los investigadores de la universidad de Laval, pues hayamos pertinente o criterio subyacente a la construcción de las mismas: identificar la dominancia de una en relación a las demás en lo que se refiere a la especificidad de acción en cuestión, cumpliéndose el llamado efecto limitador. Salvaguardamos, naturalmente, que aquello que se sabia en el momento en relación a cada una de las tres estructuras mencionadas estaba muy distante del conocimiento actual.
ES NECESARIO ENTENDER LA PROBLEMÁTICA DE LA RECUPERACIÓN
EN DOS PLANOS POSIBLES DE DIFERENCIACIÓN PARA
ANÁLISIS: EL PLANO “MENTAL-EMOCIONAL” Y EL PLANO “FÍSICO”.
ENTRENAR EN CONCENTRACIONES MÁXIMAS RELATIVAS
IMPLICA INTENSIDADES MÁXIMAS RELATIVAS Y, POR LO TANTO,
GRAN DESGASTE “MENTAL-EMOCIONAL”, ES DECIR, SIGNIFICATIVA
FATIGA TÁCTICA.

Con partidos domingo a domingo, Mourinho tiene siempre tres días en los que procura, de una forma más incisiva, el crecimiento de los desempeños del equipo -miércoles, jueves y viernes- sin que pueda alienar lo que el partido anterior le trajo y lo que tiene que salvaguardar por no saber lo que el siguiente le va a traer.
¿Qué hace entonces Mourinho en esos tres días en los que el lado adquisitivo del entrenar está más presente?
Al privilegiar la vertiente táctica, por tanto, la organización que pretendo, estoy privilegiando todas las restantes componentes del rendimiento, pues es por necesidad de lo “táctico” que surgen todas las restantes. Es a partir del trabajo táctico, de la operacionalización de mi modelo de juego, que voy a conseguir una adaptación específica en los restantes componentes. Si nuestro “táctico” es singular, todo lo que de él se deriva lo es también. Por eso es que yo digo que no creo en equipos bien o mal preparados físicamente, sino en equipos identificados o no con una determinada matriz de juego, adaptadas o no a una determinada forma de jugar. Porque la adaptación fisiológica es siempre específica, singular, de acuerdo con esa forma de jugar.
JOSÉ MOURINHO
Juzgo que es importante definir la imagen que quiero dar cuando hablo de “fuerza”, “resistencia” y “velocidad” en el fútbol. Los conceptos tradicionales que podemos encontrar en los libros sobre metodología de entrenamiento son generales y están muy lejos de lo que yo pienso que deben ser. Yo no perspectivo a la “fuerza”, “resistencia” y “velocidad” desde un punto de vista cuantitativo, sino contextualizadas a aquello que es el fútbol y, fundamentalmente, a nuestra forma de jugar.
JOSÉ MOURINHO

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